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REPORTAJE SOBRE CUSTODIA COMPARTIDA EN NOTICIAS DE GIPUZKOA



"No quiero ser el canguro de mis hijos"

Proceden de distintos sitios y han vivido historias diferentes, pero todos están separados y abogan por establecer la custodia compartida de los hijos como modelo preferente. Fran Pintado, Ion (no quiere dar su apellido) y Guadalupe Úcar comparten sus experiencias.

Elene Arrazola

- Domingo, 20 de Febrero de 2011 - Actualizado a las 05:34h



ME niego a ser el canguro de mis hijos. No quiero pasar únicamente cuatro horas a la semana con ellos. Quiero acompañarles al médico, ayudarles a hacer los deberes y participar en las decisiones importantes de su vida. Pero la Ley del Divorcio me lo impide". Se puede hablar más alto, pero no más claro. Han pasado cuatro años desde que Francisco Javier Pintado se separó de su mujer y desde entonces, solo ve a sus hijos, de 14 y 9 años, una tarde por semana y fines de semanas alternos. Y todo, explica, porque la Ley del Divorcio solamente contempla la custodia compartida de los hijos cuando existe mutuo acuerdo entre las dos partes de la pareja. Si uno de los excónyuges se opone, el juez otorga directamente la custodia y el derecho a disfrutar del hogar familiar a la mujer hasta que los niños se independizan económicamente.

Es lo que le ocurrió a Francisco Javier Pintado, más conocido como Fran. Después de meses arrastrando una lesión grave de espalda, su relación de pareja "se dificultó muchísimo" y se separó. Sin embargo, a la hora de decidir sobre el futuro de los hijos, no alcanzó un acuerdo con su ex, y de la noche a la mañana, se vio "fuera del hogar, sin saber a dónde ir y con un horario cerrado para ver a sus hijos".

Ahora que han pasado cuatro años desde entonces, mira atrás y se sorprende al ver "lo bien" que ha llevado la situación, "porque si una separación siempre es difícil, imagínate lo que es quedarte en la calle y sin familia".

Afortunadamente, Pintado contó con el apoyo de todo su entorno y consiguió salir adelante. Admite que han sido los peores años de su vida, ya que de un día para otro se quedó en la calle y sin trabajo. "Lo que ganaba al mes no me daba para pagar la pensión alimenticia ni lo que me correspondía de la hipoteca", recuerda. La situación resultó ser "tan insostenible" que el errenteriarra y su exmujer decidieron vender el piso familiar, repartir los bienes a partes iguales y plantearse la opción de la custodia compartida.

Así, esa situación que Fran "no se la recomendaría ni al peor enemigo", acabó por dar un giro inesperado de 180 grados y el errenteriarra consiguió su objetivo: "Poder ser el verdadero padre que necesitan mis hijos".

Actualmente, Pintado y su exmujer están inmersos en la liquidación de los bienes y la tramitación de la custodia compartida y, si todo sale como lo previsto, este mismo mes podrá volver a convivir con sus dos hijos. "Lo mejor que me podía pasar", indica.

La Batalla judicial de Ion

"Custodia compartida sí o sí"

En la historia de Ion se repite el patrón, pero cambian las personas. Se disculpa por no aportar más datos sobre su persona, pero prefiere mantenerse en el anonimato hasta que finalice la batalla judicial que emprendió hace un año para conseguir la custodia compartida de sus cuatro hijos. Y es que, este donostiarra no contempla otra opción: "Custodia compartida sí o sí". A pesar de apoyar esta fórmula, Ion no cree que la custodia compartida debería ser obligatoria en todas las separaciones. Pero en la suya, sí. "Yo era el que me encargaba de despertar a los niños, darles el desayuno, llevarlos a la ikastola y de todo lo demás, y de repente, de un día para otro, perdieron a su aita", argumenta para dejar claro que él decidió separarse de su ex, "no de los niños".

Al igual que Fran Pintado, Ion no alcanzó un acuerdo con su expareja cuando se separaron y perdió la oportunidad de acogerse a la custodia compartida. Critica que en estos doce meses de batalla judicial solo se le ha permito ver a los niños los viernes por la tarde y los fines de semana alternos.

Lejos de resignarse, este donostiarra ha vuelto a pedir la custodia compartida de los niños y para ello, ha tenido que acreditar con certificados del médico, la escuela y diversos testigos más, que hasta hace un año se encargaba de la educación y cuidado de los cuatro menores. Además, ha tenido que pasar informes psicosociales para demostrar que es apto para encargarse de los niños.

La custodia compartida es la primera fórmula que ha planteado Ion al juez, pero "por si acaso", ha presentado una segunda opción, que consistiría en llevar a los menores tres días por semana a la ikastola y pasar con ellos otras dos tardes, además de los fines de semana alternos. "Soy optimista y espero conseguir la custodia compartida, pero hay que estar preparado para lo peor", comenta.

Guadalupe úcar

"Era lo mejor para las niñas"

Guadalupe Úcar recuerda que le "tacharon de todo" cuando su exmarido y ella acordaron que la mejor opción para sus dos niñas era la custodia compartida. "Mi ex es un padre estupendo y las niñas lo adoran, entonces, ¿cómo iba a privar a mis hijas de estar con él, solo por su cromosoma?", se pregunta esta vecina de Estella.

La pareja cotejó sus horarios de trabajo y acordó la mejor opción para repartirse los tiempos de las niñas. Desde entonces, las menores, de 12 y 8 años, conviven en la casa de la madre durante el día, y cenan y duermen con el padre. Los fines de semana se alternan entre las dos casas.

Esta asesora publicitaria defiende a capa y espada la custodia compartida porque está convencida de que es "ventajosa" para las tres partes: "Los menores no pierden a su padre, éste sigue ejerciendo como tal y la madre tiene la posibilidad de seguir desarrollándose personal y profesionalmente". Si hoy día es difícil tener un hijo para una pareja, compara, "imagínate qué supone para una madre separada". A esas mujeres que se aferran a sus hijos, Úcar les advierte de que la custodia monoparental es un "bombón envenenado": "Muchas mujeres reducen sus jornadas laborales para cuidar de los niños y cuando éstos se independizan y llega la hora de liquidar la casa familiar y pagarle su parte al padre, la madre, con 52 ó 55 años, comprueba que no ha cotizado tanto como quisiera y que, a diferencia el padre, ha tenido problemas para rehacer su vida".

Úcar reconoce que llegar a su situación "no ha sido fácil porque durante años hay que ceder y negociar mucho con alguien de quien te has separado". Pero no duda de que la custodia compartida ha sido la mejor opción para sus niñas.






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